
La crianza no es algo nuevo que acabemos de conocer (aunque a veces pueda parecerlo), tampoco es algo destinado a unas pocas personas y mucho menos, algo que podamos controlar al cien por cien y donde uno más uno son dos… a veces pueden ser cuatro, otras diez y en muchas ocasiones menos cinco.
Hablar de crianza conlleva hablar de PARENTALIDAD y ésta nos lleva a la DISCIPLINA, que aunque es un término que ha sido muy mal utilizado a mí me gusta reivindicar.
DISCIPLINA NO ES CASTIGO
La DISCIPLINA nada tiene que ver con el castigo, todo lo contrario, tiene que ver con la enseñanza, con la adquisición de destrezas, con formas de educar desde el RESPETO, la CONEXIÓN EMOCIONAL y el AMOR.
Cada familia es única y cada niña, cada niño, también; así las cosas, ningún modelo de crianza, ningún enfoque, ninguna estrategia es infalible. No se trata de modelos y mucho menos de competir entre nosotras para ver quien educa mejor, quien cría mejor a sus crías o si gastamos más o menos en “cosas” que nos dijeron que eran esenciales en los tiempos que corren.
Qué quiero: cooperación y que hagan lo correcto, que desarrollen habilidades de autocontrol, brújula moral (que cuando yo no estoy también sean responsables y personas cuidadosas consigo mismas y con las demás).
Digo No a la conducta y SI al niño
PARENTING VERSUS PARENTALIDAD COMPETENTE
(o como diría Gopnilk ¿Padres jardineros o padres Carpinteros?)
¿Cuál es, pues, el mejor método? No hay un método mágico y perfecto, cada niño necesita su mirada, cada niña es especial en sí misma; no obstante si hay “esenciales” a tener en cuenta: Pertenencia, conexión y redirección.
Pertenecer es sentirse importante en un grupo, aceptado, querido… tenido en cuenta. Conectar es pararnos a mirar, a ver qué necesitan realmente y como bien dice Daniel Siegel olvidarnos del “piloto automático”, de lo que a otras personas les sirvió. Redirigir es poder enfocarnos en soluciones que les tengan en cuenta y les permitan poder tomar decisiones acertadas. No es imponer es acompañar.
Claro que, con todo esto, decidirnos por la jardinería o la carpintería para educar, para criar parece ahora una decisión menos complicada ¿no?.
La jardinería conlleva siembra, abono, luz, mimos… a veces guía y sobre todo mucha, mucha paciencia.
La carpintería, no deja de ser un trabajo encomiable y cuidado que necesita de mediciones, encajes, lijas, barnices, modelados y decorados y sí, también mucha, mucha paciencia.
Siento que hoy en día hemos pasado de criar EN comunidad (con padres, abuelos, primos, amigos…) a criar PARA la comunidad; padres y madres pasamos la infancia de nuestros hijos e hijas buscándoles las “mejores actividades”, los “mejores cumples”, el mejor nivel de inglés o unas vacaciones de ensueño.
Dicho así parece agotador ¿verdad?. Lo es. Para padres y madres, que construimos una montaña de expectativas tan alta que es casi imposible alcanzar y ahí, llega la frustración, la preocupación y la tristeza. Para nuestros hijos e hijas, que sienten continuamente que no están a la altura, que aunque lo que realmente les apetece es jugar, descansar y reír “tienen que” ir a inglés, a kárate o hacer tareas infinitas; que sienten que nada es suficiente.
Por supuesto, voy a los extremos para poder ver y, tengo claro una cosa: CADA CUAL HACE LO QUE PUEDE, CÓMO PUEDE Y CON LA MEJOR INTENCIÓN ¡ESO NO ES CUESTIONABLE!
Por tanto, no hay métodos infalibles, no hay crítica alguna hacia lo que hacemos y cómo lo hacemos (siempre que estemos en los márgenes del BUEN TRATO) y sí hay mucho camino por recorrer hasta llegar al equilibrio y por fin, tenerles en cuenta.
BIBLIOGRAFÍA
GOPNIK, A. (2018). ¿Padres Jardineros o padres carpinteros). Barcelona: Editorial Planeta
MARTINEZ DE MANDOJANA, I. (2021). Pero a tu lado. De la parentalidad positiva a la crianza terapéutica. Madrid. El Hilo Ediciones.
SIEGEL, D. y PAINE BRYSON, T. (2015). La disciplina sin lágrimas. Una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo. Barcelona: SA Ediciones B
* Artículo respetuoso con la diversidad. Intento utilizar lenguaje inclusivo y no sexista siempre que me es posible. He decidido minimizar los desdoblamientos y el uso de x, @, / para facilitar su lectura.