Eva Carballar
Pedagoga, Educadora Social (nº col. 132) y Terapeuta Gestalt.
Soy alguien a quien su vocación fue guiando.
Nací a finales de la primavera de 1975 en el seno de una familia humilde y trabajadora, donde los retos estaban claros “estudiar aquello que os llene y que os haga felices, pero estudiar”- nos decían mis padres.
La segunda de tres hermanos y la mayor de las chicas, me tocó ir abriendo nuevos caminos que hablaban de libertad, feminismo, empoderamiento, igualdad… fui descubriendo mi vocación de ayuda, de acompañamiento y vinculándome a movimientos asociativos en los que comencé a colaborar y poco a poco, llegué a la Pedagogía.
La Universidad fue para mí un mar de luz, alternaba esta etapa con voluntariado en movimientos de Educación para la Paz y Educación No violenta, creé junto algunas compañeras y amigas del alma una Asociación (Colectivo para la Acción Transformadora Educativa, C.A.T.R.E.) desde la que pudimos acercarnos a las zonas más vulnerables y crecer mientras transmitíamos nuestra forma de estar en el mundo, desde el amor, el acompañamiento y lo que en aquel momento nos movía: nuestra necesidad de hacer el mundo un poquito más amable, más igualitario.
Mis pasos me llevaban hacia la Pedagogía Social, la Educación Social y la Terapia Gestalt, trabajé con inmigración, prostitución, reforma juvenil… fueron años de grandes aprendizajes, hasta que a principios de 2003 comencé a trabajar en Infancia en riesgo y familia, concretamente en un Equipo de Tratamiento Familiar.
Todos estos pequeños senderos me fueron reconduciendo y en mi inseguridad comencé a buscar formas más humanas de acercarme a las familias, intentaba tratar de entender sus dificultades, las miles de caras de una misma situación, el dolor invisible de la infancia, como diría Barudy. Y ahí comencé a ampliar mi desarrollo personal y profesional.
Actualmente continúo mi profesión como Educadora Social en un ETF de Sevilla, en la Admón. Pública. He comenzado, después de muchos años, a hacer lo que siempre desee, trasmitir mi experiencia y continuar mi andadura profesional con aquellas personas que sientan que puedo acompañarles y de ahí que estés en este espacio.
Agradezco a todas y cada una de las personas con las que trabajo la oportunidad que me ofrecen de observar sus procesos, sus vínculos, su luces y sus sombras que han ido orientando mi reciclaje continuo.
Cada día descubro lo mucho que aprendo de ellos y de ellas… Y ellas y ellos, me muestran el mundo con sus ojos. Aprendemos a tocar la risa, a interesarnos por lo que nos pasa o quienes somos, y casi sin darnos cuenta comenzamos a ocupar nuestro lugar en el mundo.
Eva Carballar 