La música es un regalo. Es un arte que de una u otra manera todas reconocemos, que puede llevarnos a lugares inexplorados de nosotras mismas, reforzar nuestra alegría, acariciar nuestra tristeza o hacernos pasar de un estado de inquietud a envolvernos en un remanso de calma. La música es un vehículo extraordinario para las emociones.
Decidirme hoy por Ana Alcaide fue fácil. Los tiempos que vivimos me piden a gritos paz, silencio y, sobre todo, me recuerdan la necesidad de mirar hacia dentro para transformar lo de fuera.
La música de Ana me acompaña desde hace muchos años y ha sido, en muchas ocasiones, un recurso extraordinario para reequilibrarme, para volver a mi centro, para ser capaz de encontrar esa calma que desde fuera no encontraba, para parar la tormenta que no me permitía escucharme.
“Durme Durme” es una nana breve, extraordinaria, que se incluye en su disco “Como la luna y el Sol” (2007/2008) del que ella misma refiere:
“Como la luna y el sol’ es un verso de una canción sefardí que para mí simboliza nuestra relación con todo lo que amamos y perseguimos, con todo aquello que permanece inalcanzable… La historia de los Sefardíes con Sefarad representa el desencuentro y la búsqueda permanente, es la misma de la que todos aquellos que se alejan de lo que aman como precio de su libertad. Los Sefardíes sueñan con Sefarad así como la luna y el sol se buscarán siempre, y como todos soñamos y perseguimos lo que amamos (…)’
Cantante, compositora, instrumentalista e investigadora; Ana Alcaide rescata antiguas tradiciones culturales de la España medieval y nos la muestra en una suerte de melodías e historias que hablan de tradición, de cultura, de historia, de sueños.
Su música me habla de apego, de cuidados, de vínculos y de historias. Esas historias que Ana comparte para todas las personas dispuestas a escucharla en las calles de Toledo, su ciudad, donde aún hoy se permite tocar.
La creatividad, la formación, la ilusión, las ganas inmensas de encontrar los vínculos culturales y crear puentes de comunicación entre culturas a través de la música, son su seña de identidad.
Una nana es para mí un símbolo del apego en los primeros años, “Durme, Durme” es mi nana y la de mis hijos y ahora la comparto, cargada de nostalgia y también de alegría. Me trae imágenes especiales de cuando aún mis hijos me necesitaban para construir su propia forma de existir como sí mismos.
El sonido del satur es tan especial… disfrutadla.
😱La publicación ha saltado con un día de antelación, he debido programarla mal!!!. Lo siento, hoy es miércoles 😅😂😂.
Aún así disfrutadla💜
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