
Tomar el pasado para observarlo curiosa desde mi mirada adulta,
detenerme a entender,
comprender de dónde vengo
para saber hacia dónde voy
si es el destino que quiero.
Responsabilizarme,
perdonar y perdonarme.
Hacer la travesía pausada, consciente,
tomar fuerza para querer
y quererme.
Valorar lo que soy,
lo que tengo
y a quienes me rodean
continuar caminando.
Más firme, más segura
agradeciendo continuamente
a los que me aman
y a los que amo.
(Eva. Merzouga, 21 de agosto de 2017)