MARTES DE EMOCIONES. LO QUE LA CALMA ESCONDE

“Es como si se me inundara todo el cuerpo, como si me derramara… no puedo pensar y mucho menos parar… me lo repito una y mil veces y nada, no puedo, me ahogo”

Sí, a veces las personas nos atascamos, nos desbordamos, petamos. Unas por un exceso de frustración, otras por la exigencia, algunas entramos en crisis en situaciones que nos aprisionan, que no dependen solo de nosotras… lo habitual: la mezcla de éstas y otras muchas situaciones.

Ocurre que, en general, seguimos pensando que muchas de las cosas que sentimos son negativas, que no nos ayudan y claro, hasta que no entendemos nuestro error, abrazar otras posibilidades se hace complicado.

Me deslío 😊: ¡cuando aceptamos que todas y cada una de nuestras emociones aparecen para algo, cuando no nos peleamos con ellas e intentamos entenderlas, cuando nos preguntamos ¿para qué esta u otra emoción?, todo cambia!!!

Aceptarme, pasa por aceptar lo que siento.

Si niego el miedo lo hago más fuerte; si rehúyo del enfado, lo abono hasta que explota; si me dejo inundar por la tristeza, acabaré ahogada en mis propias lágrimas…

… RESPIIIIIIIIIIIRA …

Fácil de decir y complicadísimo de hacer (al menos al principio, os aseguro que con el tiempo es más sencillo) porque ahí, somos instinto y reconectar nuestra capacidad reflexiva o tomar decisiones (corteza prefrontal) se convierte en toda una hazaña:

VOLVER A LA CALMA

Sí, llegar a la calma es la meta en esos momentos y caminar hacia ella es, ni más ni menos, permitir que el mundo discurra sin intentar transformar nada mientras yo me bajo unos instantes para conectar con mi respiración, con mi cuerpo (más o menos tensionado), con mi corazón (al que doy permiso y valido), conmigo.   

Porque cómo dice Anabel González,

“Las emociones que no regulamos hoy nos desbordarán mañana, y si esta situación se vuelve crónica pueden aparecer condiciones como la ansiedad generalizada y la depresión.”

¿Y tú?, ¿Cómo regulas tus emociones?