
Hablar del “mal comportamiento” de niñas, niños y adolescentes (NNA) es algo cotidiano y en pocas ocasiones nos paramos a observar qué hay de fondo.
Utilizaré un escena que pueda ayudarnos a entender y que muchas de nosotras habremos vivido. Por ejemplo, cuando tras llegar a casa después de un día largo de trabajo nos encontramos con nuestro hijo, con nuestra hija que, con enormes ganas de vernos y jugar con nosotras tiene pensado un sinfín de posibilidades para pasar la tarde. Esa tarde tenías previsto hacer la colada y preparar la comida para el resto de la semana.
De inicio intentas “estar”, haces “como sí” e interaccionas con tu hija aunque lo que realmente piensas es que no llegas, que el día se acaba y tienes todo por hacer y, sin querer queriendo, comienzas a disminuir tu presencia con ella y a ponerte a “tus obligaciones” pensando que ella lo entenderá.
Por supuesto, ella no puede entender (al menos como a ti te gustaría), lo que sí hace es sentir. Siente que no estás y reclama tu atención a su forma (dependiendo de su edad) y tú que empiezas a sentirte desborda casi ni la miras. Ella se levanta comienza a tirar los juguetes y lanza el tan temido “¡te odio!”; tu cara, tus gestos, tu voz se han ido transformando y le ordenas que recoja sin plantearte qué ha ocurrido, qué siente ella o si realmente podrías solucionar esto de otra manera.
La niña se ha sentido herida, dolida; su subconsciente le ha podido hacer sentir que ella no es importante para ti y de ahí el “¡Te odio!”; tu reacción, de alguna manera lo validó.
En general, el siguiente paso suele ser buscar culpables o ni buscarlos, sencillamente creer que su comportamiento no está justificado o no es admisible; nos mueve esa falsa creencia de que los asuntos adultos son lo más importante.
Bajo este “mal comportamiento” hay dos partes (no una) y ambas son responsables porque ¿no creéis que esta madre contribuyó a ese “mal comportamiento”?
Introducir la RESPONSABILIDAD también en el adulto, en la adulta, nos va a ayudar a tomar conciencia de lo que ocurre y si hay conciencia hay posibilidad de cambio; si yo genero cambios, mi hija podrá también forjarlos.
En general el “mal comportamiento” de NNA no es más que la ausencia de conciencia, la falta de habilidades, de motivación, la imposibilidad de desarrollar la conducta adecuada por la edad o por lo aprendido en su experiencia. Si tenemos presente esta definición podemos entender que sin conciencia, sin motivación, es nuestro cerebro primitivo el que actúa y desde ahí solo puedo luchar o retraerme. El cerebro de un NNA tiene aun muchos años para continuar su desarrollo. La neurociencia avanza a un ritmo vertiginoso y hoy podemos saber mucho más sobre el comportamiento, puedes ver este breve y sencillo video para entender un pelín más
Pero no nos perdamos porque teniendo presente que, en la mayoría de ocasiones, NNA actúan según su edad, nosotras como adultas podemos saber diferenciar entre “mal comportamiento” o sencillamente el comportamiento que, por su edad, puede ofrecer.
¿Cuántas veces utilizamos el castigo en niños y niñas pequeños por desobedecer? Es una práctica habitual y que dicta mucho de ser adecuada, dado que en estos casos el cerebro no ha alcanzado niveles de desarrollo óptimos para entender lo que se espera de ellos. Pensemos, por ejemplo, prácticas habituales a edades tempranas como la silla de pensar o el tiempo fuera, ambas conllevan separar a la criatura para que piense y qué puede pensar si ni siquiera puede llegar a entender el concepto de causa-efecto… pensemos pues nosotras…
Padres, madres, maestras y maestros tenemos mucho que hacer en este asunto, queremos que NNA aprendan a controlar su comportamiento y para eso, como siempre, tenemos que empezar por controlar el nuestro, tomar conciencia, asumir nuestra responsabilidad.
Desde la disciplina positiva, asumiendo una parentalidad competente, podemos ir dando un giro a esta cuestión sin perder de vista nuestro objetivo.
No podemos obviar que lo que los NNA desean es ser vistos, pertenecer, ser importantes para nosotras y de ahí que Rudolf Dreikurs, poniendo atención a esta necesidad, descubriera cuatro creencias y metas equivocadas del comportamiento, tenerlas en cuenta puede ayudarnos a encontrar respuestas proactivas y enfocadas hacia el bienestar y buen desarrollo de NNA:
- ATENCIÓN INDEBIDA.
- Creencia equivocada del NNA: «soy importante solo cuando estás conmigo”
- Creencia adulta equivocada: “Me siento culpable si no eres feliz”, “Es más fácil hacer las cosas por ti que verte luchar”
- Mensaje codificado: Mírame. Involúcrame de forma útil.
- Respuesta proactiva: por ejemplo: “me importas y te dedicaré tiempo más tarde.”; involucra al NNA en una actividad útil; no le des servicios especiales; di las cosas una sola vez y actúa; planea momentos especiales; establece rutinas; organiza reuniones familiares; tócale sin hablar; establece señales no verbales.
- PODER MAL ENFOCADO
- Creencia equivocada del NNA: “pertenezco solo cuando mando yo o pruebo que nadie me puede mandar
- Creencia adulta equivocada: “Yo tengo el control y debes hacer lo que yo diga”
- Mensaje codificado: Déjame ayudar, dame opciones.
- Respuesta proactiva: Redirige el poder positivo pidiéndole ayuda; reconoce que no puedes forzarle y pídele su ayuda; no pelees y no te rindas; se firme y cordial; actúa, no hables; deja que las rutinas manden; desarrolla el respeto mutuo; da opciones limitadas; pídele su ayuda para establecer algunos límites razonables; lleva a cabo lo acordado; estimula; cambia la dirección del poder hacia algo positivo; retírate del conflicto; sal y cálmate.
- VENGANZA
- Creencia equivocada del NNA: “creo que no pertenezco, por lo que lastimo a los demás tanto como yo me siento herido”
- Creencia adulta equivocada: “te doy consejos (aunque no te escucho) porque creo que te estoy ayudando”, “Me preocupa más lo que digan los demás que lo que necesitas”
- Mensaje codificado: Me siento mal, valida mis sentimientos.
- Respuesta proactiva: Reconoce el dolor del NNA: “Tu comportamiento me dice que estás dolido. ¿Podemos hablar de eso?” Evita los castigos y represalias, fomenta la confianza, escucha reflexivamente, comparte cómo te sientes, haz gestos de reconciliación, demuéstrale tu cariño, actúa en vez de hablar, indícale lo que hace bien.
- INSUFICIENCIA ASUMIDA
- Creencia equivocada del NNA: “creo que no puedo pertenecer. Convenceré a los demás para que no esperen nada de mí”
- Creencia adulta equivocada: “Espero que estés a la altura de mis expectativas”, “Pensé que era mi deber hacer las cosas por ti”
- Mensaje codificado: No te rindas conmigo, Muéstrame un pequeño paso,
- Respuesta proactiva: Ofrece pequeños pasos; evita la crítica; anima cualquier intento positivo del NNA; confía en sus habilidades; enfócate en lo que hace bien; no le tengas lástima; no te rindas; establece oportunidades para que tenga éxito; enséñale habilidades/enséñale cómo hacerlo, pero no lo haga por él/ella; disfrute de su compañía. Anima, anima y anima.
Como siempre digo, en EDUCACIÓN no hay trucos, hay procesos y por lo general son lentos y laaarrrgos, conociendo un poquito más, desde dentro, el camino se hace más sencillo y, creedme, incluso se disfruta. Os dejo por aquí la tabla por si queréis tenerla a mano.
Feliz viaje.
BIBLIOGRAFÍA
- NELSEN, J (2001). Disciplina Positiva (2ª Ed 2006). México: Ruz
- NELSEN, J y LOTT, L (2004). Disciplina Positiva PARA ADOLESCENTES. México: Ruz
- RAMIREZ, S (2016). Sin gritos ni castigos. Educando para la autodisciplina. Editado por Amazon
- SIEGEL, D. (2012). El cerebro del niño. Barcelona: Alba Editorial
* Artículo respetuoso con la diversidad. Intento utilizar lenguaje inclusivo y no sexista siempre que me es posible. He decidido minimizar los desdoblamientos y el uso de x, @, / para facilitar su lectura.