¿Dónde está mi hij@? ADOLESCENCIA la necesaria mirada desde el otro lado

Hacer nacer a un niño es un proceso biológico, traerlo al mundo implica mucho más -que diría Winnicott.

No nacemos con 15 o 16 años y mucho menos nacemos sabiendo ser, estar o hacer; aprendemos a “bien amar” si nuestras personas significativas “bien aman”, a bien tratar, a empatizar, “sentipensar” o mentalizar si alguien nos acompañó al mundo y, ¡hay tantas formas de acompañar!!!!.

Muchas veces desde los centros educativos me preguntan “por qué Juan o Sofía hizo lo que hizo”, por qué degradó a su compañera sin que se le moviera una pestaña o para qué lanzó ese inmenso improperio sobre Esther en las redes…. Y es que esas cuestiones tienen miga, mucha miga.

Cada vez escuchamos más noticias alarmantes sobre situaciones entre adolescentes que podrían prevenirse o al menos disminuirse (en número y complejidad); aumentan las tasas de agresión, las unidades de salud mental nunca antes habían barajado los números actuales; a servicios sociales llegan circunstancias que superan la ficción  y, sin embargo, aun cuando vamos consiguiendo que la legislación cada vez de un mayor papel a la infancia y la adolescencia, la realidad es otra: servicios públicos infravalorados (servicios sociales, centros educativos,  unidades de salud mental, servicios de protección y prevención, etc.) a la par que lo privado está en alza (y no al alcance de cualquier familia), dotación humana y económica raquítica, desvalorizaciones en la prensa a profesionales de estos servicios y menciones cuasi honoríficas a agentes policiales o judiciales… ¿una vuelta al “tanto tienes tanto vales” o a “la letra con sangre entra”? que dirían nuestras abuelas, quiero pensar que no y hoy, no estoy demasiado optimista.

Las redes sociales aumentan la velocidad de todo y disminuyen el contacto físico, las conexiones, la búsqueda de sintonía relacional se desvanece a velocidades vertiginosas; aprendemos que a golpe de clic tenemos lo que queremos, que una persona Youtuber gana bastante más que una profesional con responsabilidad en la vida/salud de otras personas, que el esfuerzo no siempre es un valor, que solo puedo mostrar mis partes fuertes y que el dinero es casi un dios… Triste, muy triste.

En ese ovillo de pensamientos revueltos andaba, de un lado a otro, buscando formas, pequeños gestos, especulando sobre víctimas y agresor@s – agresor@s y víctimas, buscando y buscando granitos que pudieran contener tanto despropósito y, de pronto, ¡zas! encontré el cabo del hilo… ¿Qué mejor manera que comenzar por nosotras mismas?.

Os comparto un modesto vídeo con alguna orientación para que desde nuestro contexto más inmediato (nuestra familia, nuestro centro educativo, nuestra entidad, etc.) comencemos a prevenir y reelaborar posibles conductas de riesgo. Acordaos de “La Bola de Cristal”:

“sol@ no puedes con amig@s sí”.

Allá vamos, como de costumbre, granito a granito…

¿Dónde Está mi hijo?. Adolescencia

No te olvides de CREER 💜

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2 comentarios en “¿Dónde está mi hij@? ADOLESCENCIA la necesaria mirada desde el otro lado

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