
Pasé mis años universitarios organizando e impartiendo talleres de Educación para la Paz junto a amigas y amigos que, como yo, siempre creyeron que otro mundo es posible. El aula de cultura de la universidad era nuestra sede. Allí, algunas personas, futuras pedagogas, psicólogas y alguna filósofa pasábamos horas pensando y dando forma a nuestro deseo de cambiar el mundo.
Eran tiempos convulsos (años 90) y unas cuantas personas inquietas nos reuníamos para hablar de antimilitarismo, insumisión, escuelas libres, derechos humanos, educación no violenta, paz y desarrollo, feminismo, resolución de conflictos, igualdad… nuestros debates parecían no tener fin.
Soñábamos con actualizar el ejemplo de Ghandi y nos comprometíamos con hacer más justa y solidaria la humanidad, analizábamos los conflictos activos y tomábamos decisiones colectivas que llevábamos a cabo, en la medida de lo posible, en nuestro entorno más cercano; ya entonces, nos dábamos cuenta de la importancia de lograr la armonía consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.
Teníamos unos principios básicos que conformaban lo que éramos y que, no tengo duda, forma ahora parte de nosotras. Por entonces, ya Mafalda nos hacía repensar a lo grande.

En aquel momento ya me había acercado tímidamente a Barudy y comenzaba a interconectar modos de violencia (interpersonal, intrafamiliar, maltrato, abuso, social, organizada…); me daba cuenta de que, en todas, existían elementos comunes como un sistema de creencias que permitía a la persona que abusa, que maltrata, mistificar el abuso de poder y la violencia sobre sus víctimas (“solo yo estoy en lo cierto”, “mi realidad es la única objetiva”).
¿Y no es justamente eso lo que vivimos ahora?, ¿no es lo que provoca cada conflicto, cada guerra?, ¿no es lo que priva a la infancia de los cuidados, derechos y libertades?, ¿no es lo que les impide su pleno desarrollo? ¿no es lo que sigue alimentando el maltrato, la negligencia, el desamor?.
Es lunes, aquí llueve y el mundo continúa su rumbo… hay tanto por hacer… Bonita semana💜.
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