Ane se estaba volviendo loca con esa cuestión. Ninguna de las respuesta que obtenía, cada vez que lo preguntaba, la tranquilizaba😔.
La respuesta más habitual era “bien” pero cuando continuaba la conversación comenzaban a surgirle las dudas🤔.
Cris, después de decir “bien”, le contó que se había peleado con su mejor amigo😟. Pablo terminó hablándole de la muerte de su mascota😥, May de si debía hacer o no la fiesta que había prometido😕, Manu habló sobre sus continuas pesadillas😩 y Paz de lo mal que lo pasaba cada día de regreso a casa😨.
Y claro, Ane no entendía nada!!!!
Pidió a su abuela que intentara explicárselo y su respuesta la dejó aún más pensativa:
– “ummmm pues no sé Ane, bien es bien ¿no?, que no tienen problemas, que están felices…”
Volvió a repensar, a buscar, a intentar descifrar “¿felices, después de lo que me han contado?”. Preguntó a su papá, a su mamá, a su prima Iria que sabía mogollón, pero nadie llegaba a darle una respuesta que le convenciera.
Para su papá “estar bien” era algo así como llegar a casa después de un largo día de trabajo y “no tener problemas”😌, su mamá decía que “estar bien” era “vivir tranquila”😉, lo que la dejó aún más desconcertada porque en casa siempre estaban haciendo cosas, nunca se paraba y “en general todos nos quejamos de no tener tiempo y vivir algo atolondrados” – pensaba. Lo de su prima Iria ya la dejó sin palabras:
– “Estar bien es algo así como que todo está en orden y si lo dices pues ya no te preguntan más, si dices otra cosa querrán saber mucho más o se preocuparán por ti o yo que sé… decir “bien” es lo normal😲😦”.
Ane cada vez entendía menos. Si le preguntaba a sus amigos “¿Qué tal estás?” es porque realmente quería saberlo, porque le importaba.
Un día Ane llegó a mi sala y justo al entrar su mirada se quedó fija en un cartel no muy grande en el que se leía
“¿CÓMO TE SIENTES HOY…?”
y debajo un montón de caras con gestos de todas las formas posibles con pequeños carteles con el nombre de la emoción o el estado anímico a la que representaban: triste, confundida, solo, dolido, asustada, intrigada, orgullosa…
Este día nuestra sesión fue interesantísima, ambas aprendimos a nombrar, identificar algunas de las emociones más comunes, hablamos de la posibilidad de transformar el “¿Qué tal?” o el “¿cómo estás?” por la pregunta directa “¿CÓMO TE SIENTES HOY…?” y Ane se llevó una foto del cartel.
Ahora cada vez que sus amigos y amigas le respondieran “bien” ella les mostraría la foto para que pudieran poner nombre a lo que en realidad sentían.
Ane y yo decidimos dejaros por aquí el cartel, quizás alguien pueda necesitarlo.

Un mes después Ane me contaba lo mucho que había cambiado la relación con las personas más cercanas a ella, ¡ahora se conocían bastante mejor!!!.
A los pocos días, decidió imprimir la foto del cartel y llevarla a su clase para que, poco a poco, todos pudieran “explicarse mejor” – decía ella.
Ane, podría ser cualquiera de nosotras ¿no creéis?
Muack.
Mil gracias compañera. Me enseñas y acompañas todos los días.
Me siento una privilegiada por ese precioso tiempo que compartes conmigo, con todas y todos los que te seguimos.
Un abrazo enorme
Enviado desde Correo para Windows
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias compañera!!! Nos necesitamos para cambiar el mundo!!!. Agradecida y afortunada de trabajar alma con alma junto a ti.💜
Me gustaMe gusta